jueves, 26 de febrero de 2015

La practica del ejercicio físico y el sedentarismo

El por qué practicamos deporte, y para qué lo practicamos, son las cuestiones más repetidas dentro del sector deportivo. Hay muchas teorías relacionadas con estos aspectos, aunque muy pocas están respaldadas científicamente por estudios que cuantifiquen la importancia de los diferentes aspectos que nos mueven a tomar la decisión de realizar un ejercicio físico. Aunque en la edad de la infancia el movimiento y el propio cuerpo formen parte de todo nuestro proceso de formación tanto física como intelectual, parece que cuando crecemos las motivaciones para seguir practicando serán otras.
Existen estudios realizados por  que ponen de manifiesto que la práctica deportiva de los progenitores es determinante en la realización de deporte, como también lo es el hecho de haber disfrutado de un pasado activo. Por otra parte, las condiciones sociales también son decisivas. Como afirma Smith (2010), existen elementos como la pertenencia a una u otra clase social, el nivel de instrucción o la ocupación influyen decididamente sobre la práctica de deporte. Se manifiesta entonces que la cantidad de ejercicio físico que se realiza se incrementa junto con el nivel de estudios, nivel de renta y estatus socio económico. Podríamos relacionar el nivel de concienciación social sobre el valor del cuidado corporal, tanto por fines estéticos, competitivos como por temas de salud, lo que hace valorar el deporte como parte fundamental de la vida diaria de las personas.
Es este último motivo, la mejora de la salud, el que en los últimos años ha sido el revulsivo para que una gran parte de la población se haya convertido en población activa y poco a poco existan menos personas sedentarias. Además, las recomendaciones médicas para la prescripción de ejercicio físico han aumentado por los altos porcentajes de muerte por enfermedades cardiovasculares, las cuales se pueden prevenir con el ejercicio físico.

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Son muchos los estudios epidemiológicos que ponen de manifiesto la innegable relación entre ejercicio físico y salud, aunque manifiestan la dificultad de llevar a cabo estudios longitudinales que evidencien relaciones causales. Estos estudios se basan en un paradigma biológico, ya que utilizan indicadores físicos (ritmo cardíaco, tensión arterial, dolores musculares, etc.) para medir la salud de la población objeto de estudio. Con base en estos indicadores, se estima que entre un 9% y un 16% de las muertes producidas en los países desarrollados pueden ser atribuidas a un estilo de vida sedentario, tal y como indica Entrala et al. (2003), teniendo en cuenta que estos hábitos de vida van asociados en muchos casos a otros factores de riesgo como hábitos alimentarios poco saludables o consumo de tabaco y/o alcohol.

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